"Recordar, del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón" -Eduardo Galeano.
Es extraño ir por ahí recordando tu
risa, tu voz; sintiendo tu presencia, sabiendo que ya no estás a mi
lado como antes. Sonrío cada vez que mi mente me lleva hacia esos
momentos tan alegres, tan llenos de chispa y de inocencia, en los que
nunca faltabas tú.Tú que con tu risa me hacías sentir que estaba viva, hoy ya no sé reír sin ti.
Tú eras la alegría, la luz, la chispa
que encendía nuestros rostros, que con tu brillo nos hacías
sonreír, a pesar de todo. Tú fuiste la única que jamás me hizo
llorar, que aunque tú misma estuvieras de mal humor, o estuvieras
triste, lograbas exprimir lo mejor del momento y reír como si nada
en el mundo fuera tan malo como para evitarnos ese placer de estar
contentos. Tú, que con solo una mirada, lograbas que yo riera; que
con pocas palabras conseguías que estallara una carcajada, e incluso
que nos tentáramos de risa hasta el punto de sentir el dolor en
nuestros cachetes y nuestras costillas. Tú que siempre me hiciste
tan feliz simplemente estando presente, un mal día me obligaste a
llorar hasta desgarrarme el alma, a sacar tantos litros de lágrimas
de mi interior, que no sabía que tenía. Tuve que implorarle al
cielo, al mundo entero, a cuántos dioses existan que no me
abandones, que no te lleven lejos.
Lloré y sigo derramando tantas
lágrimas como risas que antes compartimos, porque alguien o algo te
obligó a que te marcharas. Porque la muerte te arrancó de mi lado,
te robó la chispa, te apagó la mirada y se llevó tu risa. Para
dejarnos llorando, buscándote desesperadamente por cada rincón que
nos entregara un recuerdo. Por cada lugar, cada foto, cada instante,
que me haga volver a pasar por el corazón esa alegría que tú me
dabas; cerrando los ojos para volver a verte reír, bailar, amar la
vida en cada segundo, como solo tú sabías hacerlo, hermanita. Te
extraño y siento que estás presente -de otra manera- en cada
instante de mi vida, cada vez que mi corazón susurra tu nombre o te
llama a gritos, en cada momento que suena tu dulce risa animándome a
secar estas lágrimas para seguir adelante. Siempre estaremos juntas
pequeña niña, porque nuestro amor es eterno.
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