martes, 18 de diciembre de 2018

Lolita: ¿Una novela de amor o de violación?



Título: Lolita
Título original: Lolita (1955)
Autor: Vladimir Nabokov
Editorial: Anagrama (Colección Compactos)
Año y lugar de edición: 2006
N° de páginas: 389



Reseña:

La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. "Lolita" es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel.

Un café y te cuento:


Este libro llevaba tiempo en mi lista de pendientes, hasta que di con él en la Feria Internacional del Libro de Montevideo. No obstante, debí priorizar los estudios con sus lecturas obligatorias, antes de adentrarme en esta novela.

Su lectura requiere tiempo, concentración y sobre todo, una mente abierta para ir entendiendo la trama. Hasta hace muy poco se malinterpretó esta novela, considerándola una novela romántica o incluso erótica. Sus portadas, en varias ocasiones, sirvieron para que esta confusión se expanda y algunos críticos y lectores tergiversaron la obra de Vladimir Nabokov.

Es cierto que no es una historia moralmente correcta, de ahí que se haya prohibido tantas veces, pero hay que tener en cuenta que es una historia ficticia que Nabokov ha creado, no para apoyarla, sino para invitar a la reflexión y a estar alertas, a despertar la conciencia crítica… al menos yo lo interpreto así. Los guiños que hace, refiriéndose a Lewis Carroll y Ruskin, por ejemplo, quienes se dice que padecieron esta enfermedad mental perversa que es la pedofilia, hacen creer que a Nabokov le inspiraron la repugnancia y la impotencia ante los abusos sexuales a niñas para escribir este libro. Nabokov no escribió Lolita con la intención de despertar la libido o encender el deseo sexual de los lectores,  no es una historia de amor en la que el nudo es la diferencia de edad. NO. Hay que leer Lolita antes de criticar la novela en base a prejuicios o malas adaptaciones cinematográficas.


Una característica de los pocos libros rusos que he leído es que analizan y reflejan el sufrimiento del alma humana, los pensamientos del hombre (todavía no he leído uno que sea sobre una mujer) que lo atormentan o lo inquietan. Lolita, no escapa a esta característica. Es la historia de un hombre enfermo, que se siente atraído sexualmente por niñas entre 10 y 14 años y que, finalmente, se obsesiona con una de ellas. No obstante, no logré empatizar con Humbert, aunque algunos lectores sí lo han hecho, porque al leerlo poco a poco me permitió no perder de vista que el antagonista es él.

Esta novela está escrita de tal forma que da a entender que Humbert Humbert narra la historia como si estuviera delante de un tribunal de Justicia esperando su condena. A través de esta “defensa judicial” tan poética, Nabokov buscaba que conozcamos el pensamiento de Humbert, pero también creo que esperaba que sea
el lector o lectora quien debe de juzgar a este hombre.

¿Es ‘Lolita’ una historia de amor o de perversión?


Si bien algunos han interpretado esta novela como una historia de amor y de hecho aún en la sinopsis que acompaña la edición de este libro lo menciona (yo soy quien tacha esa palabra), no concuerdo en absoluto con ellos, pues Lolita no es más que la historia de un pedófilo obsesionado con la niña que lleva este nombre y a quien manipula para abusar de ella. La historia de un hombre enfermo que busca justificar sus acciones y sentimientos ante su juez, el lector, pero fallando miserablemente. Su bella prosa intenta disfrazar de amor lo que es obsesión pero no convence.

El incesto y la pedofilia son los temas que reflejan estas páginas, el “amor” no es más que una máscara de la que se convence el protagonista, Humbert,  en su manía por Dolores Haze (Lolita). Para él, ella era una nínfula, una niña que lo seducía, que se le insinuaba… una niña a la que él le roba la inocencia y luego intenta convencerse a sí mismo de que ya no la tenía, porque era una niña con actitudes lascivas.



Pero, Lolita se le insinuaba a Humbert, lo provocaba...

Suelen decir las voces de aquellas personas que consideran que Lolita era una adolescente provocativa, que le dio su consentimiento a Humbert para mantener relaciones sexuales y que, por lo tanto, fue responsable de lo sucedido. De aquí que ante algunos episodios, se lo confunda con una “historia de amor.” Lo cierto es que jamás hubo consentimiento, que en varias ocasiones se reitera el dolor, el sufrimiento y el llanto de todas las noches de Dolores, Lolita, por una infancia arrancada cruelmente y destruida como sus entrañas. Dolores se llama. Ese nombre ya está marcando que es la víctima y no la culpable, la niña huérfana de quien se aprovechó un hombre mentalmente enfermo. Lolita, Dolores Haze, malinterpretada como una femme fatale para comercializar la historia porque una menor víctima de abuso no vende entradas de cine ni millones de ejemplares de libros.

Reitero, muchas son las interpretaciones que se le han dado a esta novela. Primero fue catalogada como novela pornográfica, erótica, luego como una historia de amor y finalmente, hoy se la comienza a interpretar como lo que es: la historia de la perversión patológica de un adulto que viola a una niña desamparada. No hay que perder de vista que Lolita no es más que una niña y que las nínfulas no existen más que ante los ojos de pedófilos o degenerados. Por ello, discrepo con la interpretación de que Lolita es en parte responsable de su propia violación y del abuso que ejerce su padrastro.

En palabras de Vladimir Nabokov: “Lolita no es una niña perversa. Es una pobre niña que corrompen (...) Y es muy interesante plantearse, como hacen ustedes los periodistas, el problema de la tonta degradación que el personaje de la nínfula que yo inventé en 1955 ha sufrido entre el gran público. No solo la perversidad de la pobre criatura fue grotescamente exagerada sino el aspecto físico, la edad, todo fue modificado por ilustraciones en publicaciones extranjeras (...). Representan a una joven de contornos opulentos, como se decía antes, con melena rubia, imaginada por idiotas que jamás leyeron el libro.”

Me parece una obra maestra, un clásico que deberían leer antes de catalogar de un modo u otro. La novela, como obra ficticia, es una joya que demuestra lo retorcida que puede ser la mente de un pedófilo y su perversión psicopatológica. Nabokov, un genio de la literatura, supo mostrar en este libro la perversión, el abuso, los horrores que tantos Humbert Humbert han cometido contra tantas Lolitas. Como lectores, es una invitación a sumergirse en sus páginas y ver qué tan fácil o complicado es para ustedes distinguir entre el maltratador y la víctima, porque hoy en día, casi culminando el 2018, todavía parece que hay quienes se confunden ante las situaciones de abuso o violación y acaban culpabilizando a las víctimas…

Su prosa es magnífica, emplea recursos muy bien pensados y los personajes han sido maravillosamente construidos. Lolita, Dolores, está tan bien elaborado desde su descripción física como su etopeya. Lolita es una niña divertida, mal hablada, con un carácter fuerte, pero también muy sensible.

Dato curioso:


La editorial Anagrama, ha cambiado el diseño de la portada, optando por la ilustración de la artista Henn Kim. Imagen que refleja claramente cómo Lolita es una víctima que sufre, no una adolescente lujuriosa. La ilustración sugiere una chica que es utilizada como un juguete o un objeto que es fácil de manipular, a la que se le da cuerda para obtener placer, aunque ella sufra.


En cambio, la portada anterior mostraba una imagen de Lolita más sexualizada, si así se quisiera interpretar, aunque podría ser ambigua. Quiero decir, se puede interpretar como una imagen de una nínfula provocadora de hombres, por así decirlo, o simplemente una jovencita empoderada, tierna, con sus lentes de sol y su golosina… depende de la lectura que se le quiera hacer, pero lleva a confundir al lector o lectora.

Con respecto a la portada actual, me parece estupenda porque no deja lugar a dudas ni ambigüedades, es más acertada con lo que quería mostrar Nabokov, quien insistía en que no había sexualización en Lolita, ella era una niña de 12 años y el pederasta era Humbert.


Aprovecho para recomendar a la ilustradora Henn Kim por si no han visto sus dibujos... los invito a investigar, porque es admirable lo que hace esta gran artista.

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