Llegó
el otoño
y
nos encontró juntos,
y
aquí sentada en la cama imagino los días que están por venir.
Imagino
las hojas secas cayendo como lluvia de los árboles y nosotros como
locos disfrutando de esas gotas coloridas. Imagino que tú y yo
estaremos pisando esos <<charcos>> de hojas secas,
sonriendo como niños al sentir el crujido que suelen hacer.
Iremos
tomados de la mano por la ciudad otoñal, y al vernos nuestras caras
reiremos al notar las narices y mejillas sonrojadas.
Y
cuando te sorprenda el resfrío, yo estaré ahí para cuidarte.
Entonces, me gusta imaginar que nos serviré sopa en una taza y te
abrigaré con una manta. Besaré tu frente, tus mejillas y tus
labios.
Me
sentiré feliz de que el frío haya llegado.
Con
un libro en las manos, enredados nuestros pies, escucharemos la
lluvia que golpea las ventanas. Leeremos, agotados, luego de haber
hecho el amor.
Imagino
que por la tarde intentarás hacerme café con tortas fritas, aunque
algo me dice que acabaré amasándolas yo...
Me
gusta mucho tu compañía y el otoño es lo mejor para acercarme más
y más a vos.
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