Título: La azotea
Autora: Fernanda Trías
Datos de la edición: Editorial Punto Cero, edición rústica.
Año y lugar de edición: 2010, Uruguay
N° de páginas: 149
Sinopsis:
«El mundo es esta casa», dice Clara. La llave de la puerta está echada; las ventanas, cubiertas con mantas. Dentro, Clara vive atrincherada con su padre, su hija y un canario enjaulado. Presa de su pasado y de sus miedos, atrapada en un delirio emocional, está convencida de que el mundo exterior es la feroz amenaza de la que debe proteger a su familia. La extenuante batalla que emprende contra él será la confrontación con su propio abismo interior.Un café y te cuento:
Me sorprendió en todo sentido. Primero porque tenía una idea totalmente equivocada sobre este libro y estuve esperando que se tratara de algo que no era ni parecido a lo que era en realidad. Segundo, porque el libro es incómodo y perturbador pero al mismo tiempo te atrapa y querés leerlo de una sentada.A través de Clara que es la protagonista y la narradora a la vez, vamos conociendo la historia. Las antenas de los tejados parecen una invasión de arañas gigantes devorando la ciudad. Las hojas mecidas por el viento suenan como serpientes de cascabel. El mundo exterior como un lugar aterrador y peligroso.
La azotea, se trata en definitiva sobre Clara que se esmera en mantenerse aislada del mundo, encerrándose en su apartamento y sometiendo al encierro también a su padre (un hombre ya mayor) y, posteriormente, a su hija Flor (apenas una niña pequeña).
Poco a poco vamos descubriendo a cada personaje, que no son muchos en este libro corto.
Luego de las primeras páginas descubrimos la relación entre padre e hija, una relación enfermiza. El padre, es un hombre mayor, trastornado por la muerte de su esposa Julia. Tiene como compañero a un loro enjaulado, al que quiere mucho. Anhela salir al mundo exterior.
Conocemos un poco también sobre Flor, la hija de Clara. Su identidad, cómo llegó al mundo, en qué condiciones, a consecuencia de qué.
Al principio, el encierro no se desvela tan miserable y asfixiante como ocurre páginas más adelante. Incluso el lector o lectora puede empatizar con los personajes, Clara y su padre, que atrevesando un duelo inesperado (por la muerte de Julia), deciden aislarse de la sociedad y pasar los días en su apartamento. Tienen los recursos básicos necesarios para subsistir algunas semanas: comida, agua, electricidad. Sin embargo, conforme pasa el tiempo y siguen encerrados, con la protagonista cada vez más paranoica, los recursos escasean y comienzan a acabarse. Así se teje una atmósfera que acompaña a la perfección el relato: el apartamento queda a oscuras, bajo las penumbras de unas pocas velas, el espacio es reducido y el aire se vuelve viciado ya que no se abren las ventanas ni puertas. Se quedan sin electricidad y sin agua, de la que consiguen muy pocas, tampoco les queda alimentos en esa jaula en la que están prisioneros.
"Amanece. Todos los que desde un principio quisieron destruirme, festejan y brindan en la gran carpa de Carmen. Deciden, seguramente, el peor final para nosotros. Yo los espero tranquila y me reservo una última risa apretada entre los labios secos. Una risa que va a sonar como un estallido en esta noche fría y acabada.
Que traigan su veredicto. Que vengan a traerlo. No se imaginan que me he fabricado la única victoria posible. No saben que de nosotros ya no queda nada."
Una obra cargada de simbolismos en tan pocas páginas, como el pájaro enjaulado e inmóvil al igual que el padre de Clara, la azotea como símbolo de la libertad, de refugio...
"Esa primera tarde subí sin pensarlo, sin imaginar que la azotea se convertiría en algo tan importante. Mi lugar, mi guarida. Desde arriba la gente se veía tan chica que ya no resultada una amenaza."
Un libro con imágenes excelentemente construidas, un ambiente desolador, perturbador y opresivo. Una protagonista impresionante en todo sentido.
Realmente me dejó sorprendida esta novela. Se las recomiendo mucho. De seguro voy a leer más de esta escritora uruguaya y les iré contando.
Fernanda Trías |